Lo que dice la ciencia para adelgazar de forma fácil y saludable

8 nov 2017

Adicción a la comida, el mayor estudio epidemiológico

Además de desarrollar el tema de la adicción a la comida con detalle en El Cerebro Obeso, he publicado varios posts al respecto, tanto en este blog (uno, dos, tres, cuatro) como en otras webs en la que he tenido el honor de colaborar (uno). Es un tema que me parece realmente interesante, con mucho potencial y que genera un intenso debate entre los expertos.

Este interés me ha llevado hasta el último estudio publicado sobre esta cuestión hace tan solo unos días en la revista Appetite, "Food and beverage consumption and food addiction among women in the nurses health studies" (2017). Tiene destacada relevancia porque es el mayor que se ha realizado hasta la fecha y el primero con una dimensión bastante respetable. Se enmarca dentro de la iniciativa Nurses Health Study (NHS y NHS II), una enorme investigación epidemiológica que dio comienzo en 1976 y que continúa en la actualidad, habiendo llegado a un seguimiento total acumulado de casi 300.000 mujeres.


La recogida de datos para este trabajo sobre adicción a la comida se realizó mediante el cuestionario YFAS modificado, durante los años 2008-2009 e incluyendo a más de 120.000 mujeres, que se sumó a la que ya se hacía sobre hábitos dietéticos. Y con todo ello los investigadores han analizado la relación entre el consumo de ciertos alimentos (tanto de forma individual como agrupada) y la adicción a la comida.

Este es el resumen de los resultados principales:
  • Se detectó adicción a la comida en algo más del 5% del total de participantes, en una cuarta parte de las que sufrían sobrepeso y en dos tercios de las que sufrían obesidad. En la siguiente tabla se pueden ver los datos completos sobre la relación entre la adicción la comida, el IMC y las calorías consumidas:


  • El consumo de hamburguesas, patatas fritas, otros fritos, bebidas light y pizza fue lo que con mayor intensidad se asoció a la adicción a la comida. 
  • Aunque con valores menores, también presento una asociación positiva el consumo de bacon, carne de vacuno, palomitas de maíz, hamburguesa magra, snacks de patata y de maíz, pretzels, chocolatinas, dulces, leche con chocolate con leche, pan blanco, mantequilla, dulces y snacks sin azúcar o sin grasas.
  • No se encontró asociación al consumo de crackers, pastel, galletas comerciales, donuts, helado, tarta, pastas de café, pasta y patatas (asadas o cocidas).
  • El consumo de todas las frutas, vegetales y legumbres tuvo asociación neutra o negativa, excepto la judía verde. También se encontró asociación inversa al consumo de chocolate negro, galletas caseras, arroz blanco, queso entero y bebidas azucaradas.
Al representar el riesgo de adicción a la comida en función de los grupos de alimentos,este es el gráfico que obtuvieron:


Estos fueron los alimentos incluidos en cada grupo:
  • Carnes rojas / procesadas: salchichas de carne de vacuno o de cerdo, salchichas de pollo o pavo, beicon, sandwiches de salami, mortadela u otra carne procesada, otras carnes procesadas, hamburguesa magra, hamburguesa normal, carne de vacuno, cerdo o cordero como sándwich o plato combinado (por ejemplo, estofado, lasaña, etc), cerdo, vacuno o cordero como plato principal, (por ejemplo, chuletas, bistec, asado).
  • Snacks: Galletas, palomitas de maíz, patatas fritas/chips, chips de tortilla o maíz, pretzels y snacks de patata.
  • Dulces y postres: pastel, chocolatinas, dulces sin chocolate, galletas caseras o comerciales, brownies, chocolate negro, donuts, chocolate con leche, pastel, helado, rollos dulces caseros o comerciales, pastas de café u otras pastas, y pasteles de café u otros pasteles.
  • Cereales refinados: pan blanco, muffins ingleses, bagels o panecillos, panecillos o galletas, arroz blanco, pasta, panqueques o waffles, galletas, pretzels, tortillas. 
  • Frutas y verduras: manzanas, plátanos, uvas, aguacates, albaricoques, arándanos, melón, pomelo, naranjas, melocotones, ciruelas pasas, fresas, zumos de manzana, ciruela, naranja y otros zumos; tomates, zumo de tomate, salsa de tomate, judías verdes, brócoli, col / ensalada de col, coliflor, coles de Bruselas, zanahorias crudas, zanahorias cocidas, maíz, verduras mixtas, guisantes, berenjenas, calabaza, ñame, espinacas cocidas, espinacas crudas, col rizada, lechuga iceberg, lechuga de hoja roja, apio, cebollas. 
  • Postres y aperitivos bajos en calorías y sin grasa: yogur helado, sorbete o helado bajo en grasa, galletas sin grasa o reducidas en grasa, palomitas de maíz sin grasa o ligeras, panecillos dulces, pastel de café u otros pasteles sin grasa o con poca grasa; 
  • Lácteos bajos y sin grasa: Leche desnatada y semidesnatada , yogur light edulcorado o saborizado artificialmente, requesón bajo o sin grasa, otros quesos  sin grasa.
  • Bebidas bajas en calorías: bebidas bajas en calorías con o sin cafeína  
  • Bebidas Azucaradas: Bebidas con azúcar,carbonatadas o no y con cafeína o no. 

Y esta es la traducción de algunos extractos de lo que concluyen los autores, intentando interpretar y comentando los resultados obtenidos:

"Nuestro estudio fue el primer estudio epidemiológico en examinar la relación entre el consumo de alimentos y bebidas  y la adicción a la comida. La ingesta de muchos alimentos con refuerzo positivo (por ejemplo, pizza) se asoció positivamente con la adicción a la comida. También encontramos fuertes asociaciones positivas entre la ingesta de alimentos bajos en grasas, edulcorados artificialmente y bajos en calorías y la adicción a la comida. Sin embargo, no encontramos asociación entre la adicción a la comida y el consumo de ciertos alimentos dulces (por ejemplo, pastel y helado) y cereales refinados (por ejemplo, pasta y patata), alimentos que se metabolizan de manera similar al azúcar. También encontramos asociación inversa en el caso de galletas caseras, chocolate negro, arroz blanco, queso entero y bebidas azucaradas, lo cual contradice el modelo de drogas de abuso.(...)

Hay varias posibles explicaciones para nuestros hallazgos. En primer lugar, las personas que cumplen los criterios para la adicción a la comida pueden no ser adictas al azúcar de forma aislada, como se ha observado en estudios con ratas; tal vez la combinación de azúcar, grasa y sal y / o nivel de procesamiento puede crear el refuerzo positivo de los alimentos que lleva a una alimentación adictiva. Algunos de nuestros hallazgos apoyan esta teoría de la "combinación": ciertos alimentos dulces y grasos (por ejemplo, chocolatinas) tienen una fuerte asociación con la adicción a la comida, y el consumo de "comida rápida" -hamburguesas, patatas fritas y pizza- tienen las mayores probabilidades de provocar adicción a la comida. (...)

Nuestros hallazgos sugieren que las mujeres con adicción a la comida beben menos bebidas azucaradas y más bebidas bajas en calorías que las que no tienen adicción a la comida. Una posible explicación es la causalidad inversa: las personas con adicción a la comida suelen reemplazar sus bebidas con azúcar y los alimentos dulces por bebidas dietéticas, alimentos endulzados artificialmente y alimentos que no contienen grasas. Recientes estudios en animales han respaldado la naturaleza adictiva de los alimentos edulcorados; estos estudios muestran que la dulzura intensa de los edulcorantes artificiales puede superar la recompensa de la cocaína y puede producir efectos de recompensa similares a la sacarosa y síndrome de abstinencia. Como los análisis prospectivos han mostrado asociaciones positivas entre el consumo de bebidas azucaradas y el aumento de peso a largo plazo, el IMC y la adicción a los alimentos, nuestra asociación inversa entre el consumo de bebidas azucaradas y la adicción a los alimentos es probable que no sea causal. (...)

(...) Si bien nuestra investigación confirma que muchos alimentos previamente sospechosos están asociados positivamente con la adicción a la comida, algunos hallazgos no corroboran un modelo de adicción al azúcar. Las implicaciones clínicas de nuestros resultados dependerán de la replicación de estos hallazgos en estudios prospectivos y de que los profesionales de la salud mental determinen que la adicción a los alimentos es un diagnóstico psiquiátrico válido. Los análisis longitudinales deberían investigar más a fondo el orden temporal entre el consumo de alimentos y la adicción a los alimentos, ya que algunas de las relaciones examinadas en el presente estudio fueron difíciles de interpretar debido al diseño transversal."

Una interesante investigación que se suma a las todavía pocas existentes.

Seguiremos informando...

Actualización: 

Poco después de este estudio, se publicó otro en el que se analizó la prevalencia de la adicción a la comida en una muestra considerada representativa de la población norteamericana, "Associations of Food Addiction in a Sample Recruited to Be Nationally Representative of the United States" (2017). Los autores encontraron que un 15% de las personas obtuvieron un resultado positivo.

14 comentarios:

  1. Hola,

    Siento entrar como un elefante en una cacharrería, pero he sentido el impulso de responder.
    No creo en la adicción a la comida como tal, sino al efecto pendulante provocado por la restricción de la alimentación durante periodos prolongados de tiempo.
    Estaría bien saber cuántas de esas mujeres tienen un historial de desórdenes alimenticios o de simplemente haber realizado dietas de adelgazamiento. La "cultura de dieta" en la que vivimos nos enseña desde muy jóvenes que hay que estar delgados para ser aceptados, y empezamos a categorizar la comida como "buena" y "mala". Esa división de los alimentos les otorga un poder emocional y al consumirlos provocan distintos efectos. Al prohibir los alimentos "malos", aumenta al deseo por ellos. La acumulación en el tiempo de esa ansiedad por los alimentos prohibidos acaba estallando en "atracones", y las personas que caen en esos comportamientos se sienten un fracaso y empiezan a pensar que su falta de control se debe a que padecen una adicción por la comida, cuando en realidad es el resultado de su cerebro reaccionando ante la privación.

    Cuando se eliminan las restricciones y se priva a la comida de su valor emocional, cuando ya no existe comida "buena" y "mala", la libertad para elegir supone una liberación mental absoluta que acaba con la ansiedad. Durante un tiempo se tenderá al consumo de aquella comida que estaba prohibida, pero una vez pierde su poder el cuerpo encuentra el equilibrio y pide todo tipo de alimentos. Sólo hay que tener sentido común y flexibilidad.

    Este tipo de estudios sólo meten miedo por la comida y perpetúan el ciclo de categoriazión emocional de los alimentos. Haría falta incluir el historial para saber qué actitud e ideas sobre la comida tienen los participantes para obtener una visión completa del asunto.

    Un saludo.

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    1. Victoria, agradezco tu opinión, pero en estos temas más que creer o no creer hay que basarse en estudios y pruebas. Y no hay blancos y negros. Te recomiendo leer El Cerebro Obeso o este artículo:
      http://www.nextdoorpublishers.com/2016/06/alimentos-como-drogas/

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    2. Además, eso de que "no existe comida buena ni mala" es lo que nos han estado repitiendo durante décadas. Resultado: más obesidad que nunca. Todo ese enfoque psicológico que comentas suena muy bonito pero si pudieras aportar alguna prueba concreta (estudios) sonaría mejor.

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    3. Ya me gustaría poder presentar estudios. El problema es que este aspecto no se tiene en cuenta a la hora de analizar la relación de las personas con su alimentación, por eso dije que debería incluirse el historial de una persona con la comida al hacer este tipo de investigaciones.

      Precisamente por eso hay más obesidad, porque se demoniza la comida. Cuando más se perpetúa la mentalidad "de dieta", más grave es la situación. ¿Por qué hay más obesidad desde los años 80 que en cualquier otra época? Por el ambiente social, la presión por estar delgado, la constante búsqueda del ideal corporal hace a la gente caer en las dietas y eso es lo que provoca la ansiedad y los "rebotes". Para esos momentos está la comida "basura": comida hiperpalatable que calma las peticiones de energía del cerebro provocadas por el periodo de restricción.

      Sobre la idea de eliminar la carga emocional de la comida te recomiendo que consultes el libro "Intuitive Eating" (hay una 3ª edición en inglés). Suena a charlatanería, pero son dietistas-nutricionistas profesionales.

      Sobre cómo la sociedad occidental afecta a la dieta y la percepción corporal: https://news.harvard.edu/gazette/story/2009/03/fijian-girls-succumb-to-western-dysmorphia/

      Lo encontré gracias a este video sobre la "Diet Culture" que explica perfectamente lo que intento expresar: https://www.youtube.com/watch?v=0PD0iUmHts8

      P.D.: No te conozco y no sé qué tal andas de inglés, siento no poder encontrar una versión en español :-(

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    4. Se me olvidó añadir una respuesta de esta mujer a la que sigo (se llama Robyn Nohling, es dietista -lo que aquí es dietista-nutricionista- y enfermera) a una pregunta sobre la adicción al azúcar a partir del 1:24 hasta pasado el minuto 6: https://youtu.be/s133CLojWkU?t=1m24s

      Siento que también esté en inglés :-(

      Su página web, por si quieres echarle un vistazo: https://www.thereallife-rd.com

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    5. Gracias Victoria, conozco el enfoque Intuitive Eating. Tiene alguna cosa interesante, pero me parece que el tema es más complicado. Decir que todo se reduce a "al ambiente social, la presión por estar delgado, la constante búsqueda del ideal corporal hace a la gente caer en las dietas y eso es lo que provoca la ansiedad y los rebotes", creo que es simplificar demasiado.
      Si quieres conocer mi perspectiva, basada en estudios y pruebas, lo cuento aquí:
      https://www.amazon.es/guerra-contra-sobrepeso-responsable-epidemia-ebook/dp/B01HK1EVSI/
      Lo dicho, cuando sepas de pruebas y estudios rigurosos que ratifiquen todas esas teorías, las leeremos con interés. Por ahora no me documento con vídeos de Youtube.
      Un cordial saludo.

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    6. De cualquier forma, te animo a estar atenta al blog. En unos días daré una noticia que tiene cierta relación con ese tipo de enfoques, próximos al ámbito de la psicología.

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    7. Hola, me gustaría aportar mi opinión. Creo que tenéis razón ambos y que en el tema de la obesidad hay que mirar ampliamente y no ser reduccionista. Es tan complejo que todos los factores son relevantes. La adicción a cierto tipo de alimentos existe, está demostrado, y a veces es causa de una vida de dietas restrictivas que desemboca en atracones y a veces son problemas emocionales no derivados de esto, y a veces...tantas casuísticas como personas. Las grasas, los carbohidratos y el azúcar proporcionan una "calma" temporal, por eso no hay adictos a las acelgas (o no son significativos). Yo acabo de realizar mi TFM sobre mindful eating, y si algo he visto claro es que el abordaje debe ser multidisciplinar, y no restar valor a ningún factor. Hay que aprender a comer, a tener hábitos saludables y también hay que hacer un trabajo personal a nivel de terapia en gran parte de los casos. En cuanto al enfoque desde el mindful eating, y de alimentación intuitiva, es sólo una pata más del abordaje, que está demostrando sobre todo ser de gran ayuda para mantener resultados a largo plazo porque fomenta la toma de conciencia y el cambio basado en ella, y no en las exigencias que vienen de fuera del individuo.

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    8. Mi opinión es que nada de estas tendencias psicológicas serían necesarias si tan solo tuviéramos en nuestro ambiente comida real. Abunda la comida basura haciendo un ambiente obesogénico y encima culpando a los individuos con temas como falta de voluntad y demás. En la naturaleza no existe azúcar en estado puro... por lo tal no se puede abusar del azúcar... mientras no existan regulaciones con el abuso de las compañias que venden "alimentos" no es mucho lo que se logrará- por más estresado u obligado a estar delgados no puedes abusar de manzanas... por ejemplo

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  2. Por un lado, en la primera tabla, me ha llamado la atención el dato del consumo de kcal, por dos razones: porque eso se considera un consumo tirando a bajo (menos de 2000 diarias), y porque la diferencia entre adictos y no adictos es muy pequeña. ¿Se me escapa algo?

    Por otro lado, es sorprendente que se deduzca que el azúcar tiene relevancia pequeña en la adicción a la comida, cuando parecía que habíamos llegado a la conclusión de que el azúcar es lo que te deja el "regustillo" que te hace querer más. Por otro lado, el estudio parece obtener como más culpables otros alimentos más "saciantes" (con más grasa y proteínas que azúcar). ¿Quizá la adicción a la comida tiene mecanismos distintos que lo que normalmente llamamos "comer demasiado"?

    También me sorprende lo que obtiene sobre los edulcorantes. Está claro que no engordan pero, de cara a la adicción, ¿van a resultar peores que el azúcar?

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    1. Es un estudio observacional, con datos recogidos mediante cuestionarios autocompletados, eso llega hasta donde llega. No se pueden hacer deducciones de causalidad con "alegría", la interpretación todo esto (y la de la obesidad) es compleja. Por ejemplo, con los edulcorantes puede pasar que la gente necesita el sabor dulce y como no quiere tomar azúcar, toma edulcorantes. No dice exactamente que el azúcar tenga relevancia pequeña, sino que el azúcar por sí sola no parece ser muy adictiva y que al mezclarse con otros componentes es cuando se puede llegar a un alimento con esas características.

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  3. Muy interante. Sólo me queda la duda de cómo se ha interpretado la adicción a la comida. Quiero decir, ¿Cómo se ha diferenciado a los adictos de los que no lo son?

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    1. Se menciona en el post, mediante el cuestionario YFAS. Que se utiliza así:
      http://loquedicelacienciaparadelgazar.blogspot.com/2017/04/nuevo-cuestionario-para-evaluar.html

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  4. Hola, soy una persona que caigo fácilmente en adicciones. No me puedo controlar. Eso me sucede con sustancias que se consideran "oficialmente" adictivas, como el tabaco e igualmente me sucede con algunos alimentos. Es, o todo, o nada, no hay puntos medios. Cuando comía productos menos saludables, empezaba una bolsa de patatas (de las grandes) y la terminaba, no podía dejarla a medias. Igual con helados y pizzas. Ahora que intento comer más sano, me sigue sucediendo, empiezo con las nueces y me acabo terminando el tarro.
    Así que yo sí creo en la adicción a la comida, me toca sufrirla. Gracias por su labor!

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